
El Gobierno celebró con bombos y platillos: la inflación de junio fue del 1,6 %, el registro más bajo en dos años. Javier Milei lo convirtió en consigna épica en redes, y Luis Caputo habló de un “hito histórico”. Pero mientras la Casa Rosada festeja, en la calle la sensación es otra: los precios se frenan, sí, pero también se enfría el consumo, se profundiza la recesión y la pobreza no da tregua.